Crítica Los Aitas película dirigida por Borja Cobeaga con Quim Gutiérrez, Juan Diego Botto, Iñaki Ardanaz, Mikel Losada
La nueva película de Borja Cobeaga es un drama con toques de comedia, centrada en las relaciones de un grupo de padres con sus hijas.
De qué va Los Aitas
En el País Vasco de 1989, un grupo de padres sin trabajo, se ven obligados a emprender un viaje junto a sus hijas de camino a Berlín para una competición de gimnasia, debido a que las madres no pueden llevar a las niñas como estaba planeado. En el camino vivirán diversas aventuras, pero, sobre todo, conocerán a sus hijas como no lo habían hecho antes.
Borja Cobeaga sorprende a propios y extraños con su última película
Borja Cobeaga es conocido, especialmente junto a su habitual colaborador en el guión Diego San José, por sus trabajos en el género de comedia, con títulos como Pagafantas, No controles o Negociador, además de sus guiones para películas como Ocho apellidos vascos y su secuela, o Superlópez. Además de haber creado Vota, Juan y la próxima Su Majestad. Comedias de mayor o menor éxito, pero centradas en hacer reír al espectador, aunque tuviesen sus momentos dramáticos o un interesante desarrollo de personajes. Los Aitas es algo distinto a eso, y por eso sorprende.
Quizá sea el hecho de contar con un guión sin San José, lo que ha cambiado en cierta medida la dinámica, pero lo que es cierto es que Los aitas es una película más dramática, mucho menos “divertida” y que intenta no hacer reír al espectador, sino emocionarle con la historia de estos padres completamente perdidos, que nunca se han molestado por conocer a sus hijas, y que ahora se ven obligados a hacerlo. Hay mucha tristeza soterrada en la historia en torno a estos cuatro hombres que no tienen trabajo, la mayoría, que lo están perdiendo todo, y que lidia cada uno con ello de la mejor forma posible.
Para ello, el reparto se entrega por completo con cuatro actores protagonistas que están maravillosos, empezando por Quim Gutiérrez y Juan Diego Botto, pero sin olvidar a Iñaki Ardanaz y Mikel Losada, además de la presencia de Ramón Barea y Laura Weissmahr, quien seguramente tiene el personaje más interesante de la película. La historia no funcionaría como lo hace sin ellos y sin la química que se establece entre los mismos, sin sus peculiaridades y sin sus problemas. Ellos hacen creíble la historia de inicio a fin y permiten que el espectador empatice desde el inicio con ella.
Un guión con demasiados problemas para brillar
La idea es interesante, y Cobeaga no sólo sabe dirigir a su reparto, sino que además lo lleva a cotas nuevas con momentos tan interesantes como la cena en el hotel, o el tramo final. El director sabe aplicar una pátina muy realista a la historia, empezando por una fotografía muy cuidada y muy gris, donde el color viene por parte del grupo de niñas, por ejemplo. Pero no todo es perfecto ni mucho menos, en esta historia tan coral.
Hay muchos elementos del guión que no funcionan desde el arranque. El propio punto de partida es excesivamente forzado, pero además la película deja historias a medio completar, personajes que desaparecen sin dejar rastro ni explicación, momentos en los que a la trama le cuesta avanzar o un final emotivo, pero no lo suficientemente satisfactorio para el espectador. Con tantos personajes protagonistas, la película necesitaba más tiempo para contar todas sus historias, y la sensación que nos deja la película es que falta algo, o quizá mucho. Se disfruta, pero nos deja con la sensación de que faltan cosas. Y eso evita que sea redonda.
Jesús Usero
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Crítica Los Aitas
