Crítica película G20 dirigida por Patricia Riggen con Viola Davis, Anthony Anderson, Marsai
Una producción de acción que se salva por su maravillosa protagonista, y que es otro clon de La jungla de cristal.
De qué va la película G20
En una cumbre del G20 organizada en Sudáfrica y en la que se reúnen para tratar de firmar un tratado que acabe con el hambre en el mundo, un grupo de mercenarios armados logran hacerse con el control y secuestrar a casi todos los líderes mundiales, buscando obtener una cifra de dinero obscena. Pero la presidenta norteamericana, una exmilitar muy capaz, no se dejará capturar tan fácilmente…
Otra copia más de La Jungla de Cristal
Hay poco original o novedoso en lo que propone G20. De hecho, su esquema argumental es el de la película dirigida por John McTiernan y lo sigue paso a paso, casi casi hasta los minutos finales. Por no decir incluyendo los minutos finales. Patricia Riggen, directora de la película, es experta en dramas y thrillers televisivos, así que solventa muy bien la papeleta de las secuencias de acción, sin complicaciones y sin intentar reinventar la rueda en el género. Es muy consciente del producto a que se enfrenta y le intenta sacar el máximo partido con los mimbres que tiene.
Y lo que tiene es un guión inicialmente escrito por Logan y Noah Miller, revisado posteriormente y reescrito por Erica Weiss y Caitlin Parrish, lo que da una mezcla sin mucho sentido ni personalidad en la que todo nos suena a algo que ya hemos visto. Desde Air Force One a Objetivo: La Casa Blanca (también algo inspiradas por La Jungla de Cristal) todo vale para hacer que el proyecto sea entretenido, algo que consigue sin problemas gracias a un buen ritmo y a Viola Davis. Porque si tenemos un motivo para ver la película es Davis, ni más ni menos. Una actriz enorme que se encuentra con un papel en el que goza como nadie.
Porque el papel de la presidenta Sutton, interpretado por Davis, tiene poco misterio, poco juego. Una madre y esposa que es la mujer más poderosa del mundo, pero que sigue desviviéndose por los suyos. Y que hará lo que sea para evitar la catástrofe. Y te la crees de principio a fin porque tiene un talento enorme y porque se nota que ha venido a jugar y hacer disfrutar. Ni se esconde en los momentos dramáticos ni en los de acción, por muy ridículos que algunos de los primeros resulten…
Un producto, ni más ni menos, pero carente de personalidad
A su lado no podemos olvidar mencionar a Antony Starr como gran villano de la función, poniendo caras como si estuviese en The Boys con un tipo que es malo malísimo y que solo quiere ganar dinero con todo esto, mientras engaña al mundo. Nada nuevo, pero se agradece la entrega del actor ante un papel que es un mero arquetipo. Como lo son el resto de personajes. El guardaespaldas fiel, el marido abnegado, la hija rebelde… Digamos que hay un giro de guión que se ve venir desde los créditos y que está planteado de aquella manera…
Porque el guión es un lastre tremendo. Diálogos terribles en los que los personajes explican las lagunas de la historia sin venir a cuento, personajes de cartón piedra… Si no fuese por Davis, la película sería una serie B directa a DVD con poco que ofrecer. Pero la actriz eleva el proyecto y nos da esperanzas de que algo más interesante puede llegar en la siguiente escena. A veces pasa, a veces no. Pero gracias a ella seguimos enganchados a la pantalla y disfrutamos de una película sin complejos. Para pasar una tarde de lluvia en casa…
Jesús Usero
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Crítica película G20
