Crítica Thunderbolts película dirigida por Jake Schreier con Florence Pugh, David Harbour, Sebastian Stan, Hannah John-Kamen, Olga Kurylenko
La nueva película de Marvel supone una mejora respecto a producciones cinematográficas recientes del estudio.
De qué va Thunderbolts*
Ahora que los Vengadores no existen, ¿quién va a proteger la Tierra? Un nuevo grupo de superhéroes surge para responder a esa pregunta. Un grupo en el que nos encontramos a algunos de los personajes menos aptos para conformarlo que existen, pero que tendrán que enfrentarse a una crisis nunca antes vivida por el mundo. Y son los únicos disponibles para salvarnos.
Una mejora respecto a películas anteriores, pero con algunas pegas…
Partamos de una base esencial. Estos no son los Thunderbolts. Aquel grupo peculiar que surgió en ausencia de Los Vengadores y los 4F tras su batalla con Onslaught, aquel grupo creado por Kurt Busiek con dibujo de Mark Bagley, no está esta película. Y como fan de Busiek y cómo supo relanzar Marvel tras el fiasco de Heroes Reborn con su Heroes Return (le debemos al guionista algunas de las mejores historias de Los Vengadores de los 90), echo en falta a Atlas, Pájaro Cantor, Ciudadano V, MACH 1 o Meteorito, y su historia y trasfondo, su plan original y el liderazgo posterior de Ojo de Halcón.
Pero si aceptamos eso desde el inicio, lo que ha conseguido Jake Schreier con Thunderbolts* es una película de acción y aventuras muy potente, que nos intenta llevar al lado más oscuro de Marvel y también al aspecto político, a lo que sucede tras la desaparición de Los Vengadores y a la presencia de un nuevo grupo de héroes que no quiere serlo y que se encuentra con una situación que les supera. E incorpora a unos personajes que son más o menos interesantes, pero a los que aplica un intento de viaje personal para ellos que tiene momentos muy interesantes.
Queda patente desde el inicio que la reina y señora de la película es Florence Pugh. No sólo porque la actriz tenga esa presencia magnética y ese talento desbordante, sino porque la película juega a presentarla como el epicentro de todo, y su personaje es el que más aprovecha el guión. Luego la película aprovecha más o menos, dependiendo del personaje, a Wyatt Russell, David Harbour, Olga Kurylenko, Sebastian Stan, Hannah John-Kamen o Julia Louis-Dreyfus, aunque especialmente le da espacio al personaje de Lewis Pullman, al que sí logra sacarle partido en bastantes momentos.
Acción comedida y menos efectos visuales
Hay una intención en Thunderbolts* que se agradece, y es la de presentarnos una película con menos CGI, que apuesta más por los efectos prácticos siempre que es posible, y eso se nota en las escenas de acción, que son más comedidas, pero funcionan muy bien. Es más, la película prefiere dosificar mucho la acción y dejar que los personajes jueguen a conocerse y progresar, a entenderse y crecer, lo que permite que se ahonde un poco en el drama de cada uno de ellos. Nos lleva a momentos realmente oscuros e interesantes.
La pena es que no profundice más en esos momentos, que es donde está la miga de la película. Que no nos muestre más de lo que han vivido estos personajes y les ha llevado al punto en el que están. Pero la idea se agradece y supone un avance respecto a películas recientes de Marvel, aunque se olvide de algún personaje por el camino. O incluso aunque parezca que nos enfrentemos a dos películas, marcadas en la primera y segunda parte de la historia. Todo acaba encajando y el resultado es una cinta enormemente entretenida y un paso adelante en la buena dirección, así que larga vida a los Thunderbolts.
Jesús Usero
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Crítica Thunderbolts