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Crítica Topuria Matador documental dirigido por Giampolo Manfreda con Ilia Topuria
Un documental fascinante sobre una de las figuras emergentes del deporte. Dedicado a fans y recién llegados.
De qué va Topuria: Matador
Documental que sigue la vida de Ilia Topuria, el luchador de MMA georgiano y español, durante un año aproximadamente, hasta que se enfrentó el pasado mes de febrero a Alexander Volkanovski por el título de la UFC, ganando aquél combate.
Las dificultades de plantear un documental al espectador.
El documental no es un género sencillo. Normalmente la temática de la que se ocupe en cada caso, hace que el espectador siempre sepa lo que va a suceder de antemano. No hay giros ni sorpresas que nos esperemos inicialmente. Como en este caso, la película nos cuenta el ascenso a la gloria y al título de la UFC de Ilia Topuria, que es algo conocido por todo el mundo, que ha llenado portadas, programas de radio, podcasts, informativos… en todo el mundo. Todos conocemos el desenlace de la historia de antemano. Y quien sea seguidor de las Artes marciales mixtas, todavía más. Sabe cómo fue ese camino…
Ese primer escollo hace difícil interesar a quien no sea seguidor del luchador, y nos enfrenta a otro escollo no menos importante. Hacer visualmente atractivo un género como el documental, lleno de entrevistas y momentos rodados para aportar contexto, no es nada fácil. Por eso lo que consigue el director Giampolo Manfreda y el productor Iñigo Pérez-Tabernero, es más complicado de lo que parecen, porque solventan ambos problemas con aparente facilidad, dándole una fuerza narrativa a la historia realmente fascinante, y aportando detalles, datos e intimidades sobre el luchador y su entorno que seguramente entusiasmarán a los fans y sorprenderán a los neófitos, lo que convierten la historia en más interesante.
El viaje de Topuria: Matador, tiene un final conocido, sí, pero como en La Odisea, o en cualquier odisea, la verdad, lo importante no es el final, puesto que es sólo una puerta al futuro, lo importante es el camino recorrido. Lo importante es el viaje del protagonista, su preparación exhaustiva y extenuante, la gente que le rodea, su mentalidad, sus momentos de flaqueza (que los tiene), su naturalidad… todo eso nos atrapa y lo hace además con un contundente estilo visual, una cuidadísima estética y fotografía, y un ritmo magnífico para una película así.
No hay actores, pero hay carisma
Aquí no podemos valorar la calidad de las interpretaciones, porque no las hay. Hay personas que cuentan su historia y luego la vivimos junto a ellos. Pero sí que queda claro, desde su primera aparición en pantalla, que Ilia Topuria tiene un carisma especial. Un magnetismo con la cámara que trasciende sus combates y que muestra una fuerza enorme como personalidad y como persona. Eso se transmite en las imágenes y se agradece. Porque además no duda en desnudarse ante la cámara y mostrarnos sus mejores y peores momentos. Se humaniza frente a nosotros.
El documental, que llega a cines el 19 de septiembre y que pronto se podrá ver también en Movistar Plus + tras su paso por cines, puede desencantar a quienes no aprecien el deporte que rodea a Topuria, lo que es comprensible porque está destinado a los fans. Pero es capaz de convencer y entretener a quienes estén interesados por descubrir a la persona que hay detrás del luchador. No es fácil y mucha gente decidirá no darle una oportunidad. Pero quienes lo hagan descubrirán una historia fascinante y más cercana de lo que pensamos. Un relato de superación, esfuerzo y entrega que puede servir de inspiración para muchos y que, seguramente, no dejará a nadie indiferente. Especialmente a sus rivales….
Jesús Usero
Crítica Topuria Matador
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Crítica Topuria Matador