Campeones representará a España en los Oscar
Campeones representará a España en los Oscar
De esas veces que sales del cine y piensas “cuanto me alegraría que este peliculón llegase a los Oscar” y va y se convierte en realidad. Pues este es el caso de Campeones. Hacia tiempo que no lográbamos pasar el corte, la última película en llegar a la categoría de mejor película de lengua no inglesa desde nuestro país, fue Mar adentro en el 2005, pero entiendo perfectamente que La Academia, se haya tenido que rendir a esta historia de superación, en la que Javier Gutiérrez (Marco), se encarna en un entrenador profesional de baloncesto que por su prepotencia y falta de compromiso, está pasando por un mal momento: tiene problemas con su mujer, se pelea con su jefe en medio de un partido y “dos copitas” antes de coger el coche, le llevan a tener que cumplir servicios comunitarios entrenando un equipo de discapacitados. Pincha para leer más...
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Mary y la flor de la bruja ★★★★
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Precioso largometraje que se convierte en un buen debut para el Studio Ponoc
Tras la estela que dejó el Studio Ghibli con películas tan brillantes como La princesa Mononoke, El Viaje de Chiriro o El castillo Ambulante, el Studio Ponoc ha sido el encargado de coger el relevo, en cierta medida, hasta una fecha anterior a 2020 que será el estreno aún por confirmar del próximo trabajo de Miyazaki. Con esto no me refiero a que Ponoc sea el sustituto de Ghibli, sino que muchos de los ex trabajadores de éste son los que ahora están funcionando, en este nuevo estudio fundado en 2015, con varios largometrajes animados japoneses donde la animación, el colorido y la belleza recuerdan y son casi idénticos a los del estudio pausado hace unos años debido a la retirada del maestro Miyazaki, pero que reanudará sus proyectos muy pronto.
Centrémonos en la película; Como nombraba ya anteriormente, que un grupo de personas a cargo de un estudio tan famoso como Ghibli esté detrás de este film, hay que ir predispuesto a encontrarse un trabajo a la altura de los sus anteriores lanzamientos. ¿Cuál ha sido el resultado? Cumple con las expectativas, aunque, como en muchas ocasiones, hay un pero del que hablaré más adelante… La película tiene elementos realmente buenos, desde una calidad de animación brillante hasta una banda sonora aún mejor. Estos dos pueden ser posiblemente los puntos más fuertes del film, destacando unos temas musicales impresionantes y correctamente elegidos para cada momento y situación, añadiendo unos detalles artísticos y animados maravillosos y cuidados al detalle.
El pero viene cuando hablamos de la profundidad de la historia. Acostumbrados a una trama compleja, así como a unos personajes muy elaborados en el mundillo de la animación japonesa, no es lo que vais a encontrar aquí. Con esto no quiero decir que la historia o los personajes estén mal hechos ni nada parecido, sino que todo es más sencillo. Tiene claros y reconocibles elementos de otras películas de Ghibli, pero tanto la historia como los personajes tienen menos complejidad, quizás porque al tratarse de un nuevo estudio, han querido llegar a un público más variado para poder disfrutar de la película en familia. Y si ese es el caso, han conseguido su objetivo con creces, evitando situaciones enrevesadas que hagan de la película un rompecabezas. No han querido abusar del uso de personajes en escena ni en el resto de la película, dedicando más tiempo al diseño de estos y del paisaje que los rodea. Si que algún que otro personaje podía haberse desarrollado más o saberse algo de él, pero la película no necesitaba de algo así ya que todo está bien hilado y correcto para su perfecto entendimiento. El personaje protagonista, Mary, es todo amor y dulzura, os fascinará.
La duración del film es perfecta, ya que no existe la necesidad de alargar una historia que tiene claro su comienzo, nudo y desenlace, consiguiendo su director, Hiromasa Yonebayashi, un trabajo digno y realmente bueno, encantador por momentos y mágico como la historia que envuelve la película en sí. Sin lugar a dudas, se trata de una película que no podéis perderos y que os sacará una sonrisa al salir de la sala de cine.
Christian Mesa
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Moonwalker ★★★★
Crítica de la película Moonwalker de Michael Jackson
De la imaginación de Michael Jackson nace una película como ninguna otra". En esta frase, pronunciada por Constantino Romero en el trailer de "Moonwalker", está condensada la esencia de toda la película. Si a la media hora de cinta te sigues preguntando qué estás viendo o porqué toda esa amalgama de videoclips, trocitos de documental, música y trama cinematográfica infantiloide, que parece montada por el mismísimo mono Bubbles, recuerda que estás asistiendo simplemente a lo prometido, un viaje al interior de la imaginación de Michael Jackson, que no es poco decir. El artista no solía dar entrevistas, pero se expresaba a través de su trabajo, y en "Moonwalker" quiso aprovechar la gran pantalla para abarcar mucho, aunque apretase poco. En la película tenía que recordar la trayectoria artística, presentar sus nuevos videoclips y convertirse en el actor que diese vida a su fantasía: meterse en la piel de una especie de superhéroe musical que consigue salvar a un grupo de niños de las garras de un narcotraficante interpretado por Joe Pesci.
El germen y pieza angular de la película lo constituye el cortometraje de "Smooth Criminal", el séptimo sencillo extraído del álbum "Bad", un videoclip que rivaliza, si no supera, al propio "Thriller". A su alrededor había que construir una historia que comenzó titulándose "Chicago Nights". Una de las primeras ideas de Michael era hacer un western al estilo de "Los siete magníficos"; por otro lado, se visualizaba a sí mismo y a otros diez bailarines con elegantes trajes bailando en un viejo teatro. No en vano, la canción había evolucionado desde una maqueta titulada "Al Capone". El propio Bob Fosse fue requerido para dar ideas en esos primeros momentos. Sería el bailarín y coreógrafo Vincent Paterson, con el que había trabajado en "Beat It" años antes, el que aportó el ambiente del hampa de los años 30 en Chicago. Dos años antes de comenzar a rodar, Michael comenzó a reclutar a un equipo en el que se barajaron los nombres de los directores Ron Howard o Robert Zemeckis, o el del técnico de efectos especiales Kevin Pike. Howard no supo por dónde coger el proyecto. El director, que venía de dirigir "Un, dos, tres... Splash" (1984) y "Cocoon" (1985), necesitaba un merecido descanso y dio un paso atrás. Zemeckis, recién fichado por Disney para dirigir "¿Quién engañó a Roger Rabbit?", también dejó pasar la oportunidad. Pike, que había sido citado por su trabajo en los efectos especiales de "Regreso al futuro", en especial por su adaptación del DeLorean, vio potencial en las sugerencias de Michael y se alistó. Quien ocupó la silla de director fue Colin Chilvers. La especialidad del británico eran los efectos especiales, entre ellos, hacer volar a Superman. Además dirigía, al menos para televisión, y tenía experiencia trabajando con niños. Chilvers llamó a su compañero de trabajo en "Superman", David Newman, para que escribiese un guión que diese cohesión al caos imaginativo de Michael. Le bastaron 26 páginas para tener una hoja de ruta en cuya ejecución se saltarían todas las reglas narrativas. Fue uno de esos escasos momentos de la historia del cine en los que el proyecto no tenía fecha de finalización, ni presupuesto estimado. Michael estaba al mando y se lo podía permitir económicamente, costase lo que costase. Chilvers, en busca de una estética sobre la que reposar el peso de la historia, propuso a Michael inspirarse en "El tercer hombre", el clásico del cine negro de Orson Wells. Además del citado Pesci, el resto de personajes lo conformaban tres chavales, Brandon Adams, Kellie Parker y Sean Lennon, el hijo de John y Yoko Ono.
¿Merece entonces la pena invertir 93 minutos en visionar este proyecto? Sin duda. "Moonwalker" captura para siempre en el tiempo a un artista en uno de los puntos más álgidos de su carrera. Captura también parte de la esencia de la añorada década de los '80. Todo en la película hace retroceder a ese momento. El color, los efectos especiales, la loca narrativa y, por supuesto la música, lo más incontestable del film. "Una película como ninguna otra". No será que no lo avisaban.
Toni Arias
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