El ser humano tiende a proyectar una imagen de sí mismo que muchas veces, no coincide con la realidad. Si lográsemos eliminar esa capa superficial en la que la mayoría se esconde, el mundo dejaría de ser un lugar inhóspito y las relaciones humanas serían más fáciles. El caso de Marianne y Connell no es distinto. Una relación vetada por ellos mismos a lo largo de los años por el “qué dirán “, por salvaguardar la imagen que se han construido de ellos mismos, en pocas palabras, por no saber gestionar sus propios sentimientos. Marianne y Connell se necesitan, se desean a todos los niveles, en todos los planos, pero su incapacidad de ser honestos consigo mismos o quizá su falta de herramientas para enfrentarse a lo que les pide el corazón les lleva a cometer una cadena de errores.
Es una serie preciosa llena de decisiones equivocadas en todo momento. Es gracioso, la química entre Marianne y Connell traspasa la pantalla. Cuando están con otras personas nos parece raro, no encajan. Sin embargo, los planos de ambos solos son pura magia, sus escenas íntimas son de una delicadeza exquisita; es una relación ideal, se hablan con la mirada, se respetan, una relación de iguales. Todo es genial, el feeling, la atracción, la amistad que nadie entiende más que los protagonistas. Sólo pueden ser ellos mismos cuando están juntos. Sin embargo, la falta de de comunicación verbal entre ellos queda patente, y eso les lleva a relaciones fallidas con otras personas.
Es una serie de amor y desamor, de palabras que no se dicen, de silencios, de desencuentros y decepciones; pero también de alegrías, de amistades, del verdadero amor. No es más listo el que mejor notas saca, sino el que sabe entender la vida y desenvolverse en ella como pez en el agua; y eso amig@s, no se aprende en los libros, se aprende en La Vida.
Todo ocurre en Irlanda, su paisaje tan sencillo, tan oscuro, tan lúgubre quizás; pero no por ello desprovisto de encanto, va como anillo al dedo, todo va de la mano de esa normalidad sin ser nada espectacular; las piscinas interiores, el típico tiempo gris irlandés, la lluvia abundante en muchas escenas de exterior, el verdor de sus campos, la playa con el cielo encapotado pero atractivo, las casas y las calles sencillas ... nada es exuberante o exagerado, todo es normal pero no por eso deja de tener atractivo. Porque muchas veces lo normal es lo que tiene encanto.
Connell es Paul Mescal, a Marianne la da vida Daisy Edgar-Jones, quien me recuerda en algunos gestos a Anne Hathaway y a la adorable y autentica madre de Connell, Lorraine, la da vida Sarah Greene. Lorraine, es la madre que todos quisiéramos tener, buena, comprensible sin meterse en los asuntos de su hijo, un apoyo incondicional pero al mismo tiempo capaz de darse cuenta de sus fallos y más si se trata de hacer daño a una mujer.
A pesar de que no me he identificado con los personajes, y todos sabemos que eso es un punto a favor para que una historia romántica te llene y te transmita, Marienne y Connell han conseguido ocupar un lugar privilegiado en mi interior.
Normal People es la adaptación televisiva de la novela homónima de la irlandesa Sally Rooney, y no creo que sea la última, dados sus buenos comienzos.
Podemos disfrutarla en Starz Play.
Susana Román
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