Pero lo más reseñable a nivel de reparto, y nos alegra, es que la cubana Ana de Armas consigue no solo plantar cara con absoluta solvencia sino incluso robándoles plano a algunos de sus compañeros de reparto, echándose sobre la espalda tanto el juego de comedia como el de intriga que nos propone este largometraje.
Empieza como en un segundo plano, pero rápidamente se convierte en reina de la función imponiendo su arrolladora presencia en un reparto donde destaca la solidez de un maduro Don Johnson, la breve pero siempre contundente presencia de Jamie Lee Curtis, el arrollador talento del veterano y muy grande Christopher Plummer, el juego interpretativo de un esencial Michael Shannon, la infalible Toni Collette y un Daniel Craig que parece divertirse mucho interpretando un papel en las antípodas de su versión de 007, de la que viendo esta película parece que está ya un poco hasta el mismo gorro y quiere probar otras cosas como actor. El juego de comedia con este actor promete, así que ojalá le veamos más en esa línea. Ah, también está por ahí Chris Evans, que mantiene el tipo en este desfile de actores más que contundentes. Rian Johnson le deja poco margen para lucirse, pero aprovecha lo poco que le dan.
Detalle interesante es por supuesto el cachondeo constante con las normas de las novelas y películas de intriga en cuarto cerrado en la línea de Agatha Christie. La broma está incluso en el decorado, salpicado de numerosos chistes visuales que incluso van más allá de ese género para picotear incluso en el guiño a la serie Juego de tronos.
Johnson saca brillo y afila como un puñal su talento para convertir en una broma e ir en contra del canon, precisamente eso que tanto ha molestado en su paso por la saga de Star Wars, y nos regala un rato divertido jugando nuevamente con las expectativas del público para volver a ejercer como pinchaglobos y trolear el género en el que encuadra su película. La jugada le sale redonda, porque en realidad no solo está parodiando el género de intriga en el que encuadra su argumento, sino que aprovecha para esparcir a lo largo del mismo puñales muy bien dirigidos contra algunas de las sandeces más absurdas y estúpidas de nuestra sociedad atrapada en el laberinto de las opiniones, redes sociales, rumores, y troleos.
La estupidez que nos rodea y de la que muchas veces participamos es la principal víctima de esta ácida comedia que nos garantiza un saludable y necesario rato de entretenimiento y diversión parodiando todo canon que pueda haberse escrito sobre cualquier género… o franquicia.
Johnson me confirma aquí que es uno de los directores más inteligentes de nuestros días.
Miguel Juan Payán
COMPRA TU ENTRADA
COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK
★
haga clic en mí para abrirlo
cierre la etiqueta tanto en la parte superior como en la parte inferior