La acción comienza con Julianne Moore, caracterizada como una madura Gloria, cuando se dirige a un bar de carretera, donde entra en contacto con una pareja de moteros. La componente femenina del mencionado dueto le comenta que la revista creada por Steinem la ayudó a salir de una depresión, y empezar a valorarse a sí misma; tanto como para conducir una Harley Davidson de color púrpura. Esto provoca que Moore/Steinem mire al horizonte, y se retrotraiga a su época de niña, con un padre cargado de sueños a bordo de una destartalada caravana, aunque carente de atenciones reales para con su familia. Unos recuerdos que se alternan con la protagonista en su etapa de estudiante universitaria, cuando viajó a La India, con la intención de conocer de cerca a las mujeres que seguían las enseñanzas de Gandhi. Y así acontecen los diferentes momentos existenciales que completan la movie, como ventanas a las que se asoma el pensamiento de la heroína nominada Gloria.
Tal estructura fílmica es la que dota de fuerza audiovisual al guion, y permite que la historia nunca caiga en el aburrimiento o la previsibilidad. En manos de Taymor, la estimulante carrera de Steinem adquiere la contundencia de los alegatos contra los poderes establecidos, de una sociedad que relegaba a las mujeres a la invisibilidad profesional y humana. Desde las colaboraciones de Gloria en revistas dirigidas por hombres, quienes solo veían en ella a una periodista con talento, pero a la que condicionaba su sexo a la hora de que le reconocieran sus méritos profesionales, a las marchas en favor del aborto libre y de la supresión de barreras en todos los ámbitos sociales y laborales para las mujeres; la movie retrata con verosimilitud e imaginación la activa vida de esta luchadora en favor la igualdad universal; a la que no pudieron acallar ni los rudos poderes tradicionales y patriarcales de Estados Unidos.
Con semejantes ingredientes, Taymor hornea una obra de alto contenido cálido y reivindicativo; en la que destacan, por encima de otros componentes de indudable validez artística, las esforzadas interpretaciones de Julianne Moore y Alicia Vikander.
Jesús Martín
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