Buen ejemplo de cine de animación navideño para toda la familia. Arthur Christmas llega en vísperas de las navidades para que la chavalería disfrute con otra cinta animada de las que copan las salas de cine en estas fechas, y de las que aún quedan un par por llegar, esta vez con temática navideña a más no poder, pero con algo diferente que la hace una apuesta más interesante que la media. O al menos más divertida, más simpática para los adultos que lleven a los niños a verla a los cines.
La gente de Aardman con Peter Lord a la cabeza está detrás de este proyecto de naturaleza británica, y eso se nota en un sentido del humor subversivo, ácido, en ocasiones bastante negro y con mala baba, con una ristra de personajes bastante peculiares en el mejor de los casos, como un Santa algo perezoso, un abuelo totalmente pasado de vueltas y con ansias de gloria o una elfa que no puede estar quieta más de un segundo. Los chistes de los alienígenas, las órdenes del abuelo Santa a la elfa (que es capaz de no respirar por seguirlas…), el hermano mayor controlador, esos elfos que se mueven como un solo ser, aunque sean quinientos invadiendo el sueño de Santa Claus… Es humor ácido y británico, del que tiene algo de culpa el guionista Peter Baynham, guionista de películas como Bruno y Borat. Es inteligente y a veces muy sarcástico, adaptado eso sí al universo navideño infantil. Y sólo por eso ya merece la pena ver la película.
De hecho la animación digital no es nada del otro mundo. Nada que ver con los virtuosos de Pixar, ni tan siquiera con Dreamworks. A veces, es más, parecen muñecos de plastilina en movimiento, homenaje a las producciones habituales de Aardman, como Wallace y Groomit o Evasión en la Granja. Son gente más que competente a la hora de crear personajes y mundos con personalidad y atractivos, pero la animación digital y el 3D a veces les queda aún algo grande. Es correcta, tiene aires clásicos de animación en stop-motion, pero poco más.
El problema de Arthur Christmas, lo que la aleja de ser una comedia navideña grandiosa, son dos cosas. Primero el mensaje de que si no se tiene un regalo la navidad no vale de nada. Consumismo a saco para que no olvidemos qué es lo que tenemos delante. Segundo, una sobredosis de azúcar y almíbar sobre todo en sus últimos diez minutos, con todo lleno de felicidad y alegría. No se trata de hacer un drama, es una peli familiar. Pero se les va la mano y la coña de ser felices en los créditos demuestra que hasta ellos lo sabían. Un pequeño borrón.
Arthur Christmas es la variante británica de una película como El Gato con Botas. Divertida, sin pretensiones, con mucho sentido del humor. Pero al final tan convencional y almibarada como cualquier otra. Se disfruta con la familia y da algo a los padres que mascar. No es poco en estas fechas.
Jesús Usero
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